Las tortugas laúd del océano Pacifico oriental es la
población de tortugas marinas más amenazada del mundo. En el año 2000
científicos de renombre advirtieron que de permanecer el status quo esta
especie desaparecería del Océano Pacifico Oriental y de nuestras costas
mexicanas en tan solo unas cuantas décadas. Una especie milenaria que compartió
la tierra con los dinosaurios, y ha sobrevivido por más de 120,000,000 años,
sí, así es, 120 millones de años sobre esta tierra; y en 7 décadas el ser
humano está a punto de acabar con el reptil marino más grande del mundo, con
120 millones de años de evolución, presentes en cada célula de esta especie,
las tortugas laúd están a punto de desaparecer para siempre del nuestros mares,
de nuestra realidad.
Aunque numerosos y
valiosos esfuerzos se ha realizado en los últimos 30 años para proteger
nidadas, crías y playas de anidación, la mortalidad de las tortugas machos y
hembras adultos causada por la “captura incidental” en la pesca industrial, se
puede señalar como la principal causa del drástico decrecimiento poblacional:
el 90% en tan solo 20 años.
La pesca incidental
es considerada una amenaza para al menos 67% de las especies de fauna marina
carismática (delfines, ballena, tortugas, tiburones) incluida en la lista roja
de la Unión
para la Conservación
de la Naturaleza
(IUCN por sus siglas en ingles). La llamada pesca incidental, que es el nombre
que se le da a todo aquel ser vivo que es atrapado por redes o anzuelos
destinados a otras especies como pez espada o atún, por citar solo algunos: eso
representa 171 especies diferentes de seres vivos, 171 especies de delfines,
ballenas, tortugas marinas, amenazadas de desaparecer del mar por siempre, tan
solo por las consecuencias nefastas de una sola actividad económica llevada a
cabo por una sola especie: Homo sapiens.
La pesca y sus
consecuencias negativas son para muchas naciones, incluyendo México una
prioridad en la agenda de gobiernos, instituciones académicas, al igual que
agencias globales, sin embargo, los arreglos institucionales que gobiernan la
actividad pesquera y la conservación de especies no han podido solucionar
efectivamente las dimensiones ecológicas y sociales del problema, mucho menos
los componentes económicos y políticos del mismo.
El poder del mercado,
las ganancias económicas y políticas derivadas de la actividad pesquera
industrial, amenazan nuestros mares, pero el mercado, no es nadie, somos todos
nosotros, los consumidores, con nuestras elecciones de comida, ropa y
servicios, estamos cambiando para siempre el destino de especies como las
tortugas marinas, no dejemos nuestro poder como consumidores en manos de las
corporaciones y gobiernos, infórmate, decide y hazlo con consciencia. No
compres pez espada y atún si quieres participar con tu voz para que las
tortugas laúdes sigan anidando en nuestras costas y nadando en el Pacífico por
otros 120 millones de años.
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