Es el felino más amenazado del planeta que sólo sobrevive en
libertad en un par de localidades de la península: Doñana y Sierra Morena
oriental. Tan sólo quedan alrededor de 220 ejemplares amenazados por la
destrucción y alteración de su hábitat, la mortalidad directa causada por
disparos, lazos, cepos y más recientemente los atropellos a causa del
desarrollo descontrolado de carreteras en lugares sensibles. WWF trabaja con
las poblaciones salvajes para mejorar el hábitat y recuperar las poblaciones de
su presa fundamental. También desarrolla acciones para evitar el desarrollo de
infraestructuras peligrosas e innecesarias y para garantizar la conservación
del hábitat y la conectividad entre las poblaciones.
El lince ibérico está
catalogado por la Unión
Mundial para la
Naturaleza (UICN) como el felino más amenazado del mundo.
De hecho, este animal
sólo vive en la península Ibérica donde, según los últimos censos, resisten
unos 220 ejemplares, repartidos en 4 poblaciones, el de Doñana su entorno y las
población de Sierra Morena repartida en 3 núcleos Andújar-Cardeña (Jaén-Córdoba),
a los que habría que añadir las recientes poblaciones de Guadalmellato
(Córdoba) y Guarrizas (Jaén) creadas en los últimos años con animales liberados
procedentes de otras poblaciones y de centros de cría en cautividad.
A estos hay que
añadir la población del programa de cría que en la actualidad suma unos 100
ejemplares. Desde 1989 (cuando la población se estimaba en 1.100 ejemplares),
todas las Comunidades Autónomas están obligadas a redactar Planes de
Recuperación para la especie siguiendo la estrategia nacional para la
recuperación de la especie. En la actualidad tres comunidades Andalucía,
Castilla-La Mancha y Extremadura tienen en la actualidad un plan de estas
características (que aún no ha sido desarrollado en Castilla y León y en
Madrid).
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